30/10/2013
Aunque la felicidad parece ser el destino elegido por la humanidad —o eso es lo que esta parece creer— no se han encontrado rastros de su existencia en ninguno de los supermercados o tiendas por departamentos habituales. Huele a chamusquina… quizá la verdadera estafa es hacer creer a las personas que la felicidad no depende de ellas sino de entes externos, en lugar de hacerles saber que no se trata de un destino que nos espera ni de un objeto que se pueda encontrar en alguna estantería. Un pueblo sin esperanzas se deja dirigir sin rechistar, quizá la infelicidad, entonces, sea rentable.
Mientras en algunos lugares se crean Ministerios para la Felicidad, en un intento vano de hacer creer que se puede conseguir la felicidad por decreto, en otros sitios simplemente se alude a ella con ironía, como si fuese inalcanzable, inasible.
Belisa Bartra
Amor
Doblé la punta superior de la página para marcarla. Cerré el libro. Cerré también mis ojos e imaginé los suyos cerrados con mi imagen atrapada entre sus párpados. Nadando en mi cabeza nos besamos, en la suya también. Nadie me había besado nunca así. Ningún amor se compara al nuestro. De algún modo sabía que él no me quería dejar ir, y yo a él no pensaba soltarlo nunca. Nunca. Tan cerca de mi piel, amado mío, tan lejos de mi vida.
—Marta, déjalo ya, es suficiente —escuché la queja de mi hermana.
—No puedo. No quiero —le contesté lo de siempre, con las pestañas húmedas apretadas y la nariz hundida entre las páginas de la novela para aspirar su olor—. ¿Por qué no podemos estar juntos?
—Porque él no existe.
El policía daba patadas y cantaba siguiendo el ritmo. Era su pequeña serenata nocturna.
El poder se quiere adueñar de nuestra felicidad porque es un triste.
«Pequeña serenata diurna» es una canción de Silvio Rodríguez: http://youtu.be/ZBh7jJTu3AE
Ahora volved a escuchar la canción mientras veis este otro vídeo: http://youtu.be/VbJUuSFggHk
Es curioso las vueltas que da la vida, aunque suene vulgar. Los recuerdos llevan un tiempo disolviéndose. Ya no son una salsa espesa que abusa de la sal hasta hacer saltar las lágrimas. Ahora son un aroma ligero y reconfortante, algo así como una comida hipocalórica debidamente aliñada. Apenas afectan a mi cuerpo. Debo alimentarme, está claro, acepto ciertas limitaciones, pero mi colesterol cerebral ya no está por las nubes, mis niveles de glucosa anímica están debidamente equilibrados. Podría decir, sin alharacas ni estruendo, que soy humildemente feliz. Y eso me hace sonreír ligeramente al recordar cuánto luché para evitar que esto llegara a suceder. Mis dientes, frescos y limpios, ya no se aprietan hasta provocarme dolor de cabeza. No temo por la integridad de mi epidermis. No necesito arañarme ni golpearme contra nada porque no hay escape de gas que tapar. He olvidado lo que es la hiperventilación y mis miembros se mueven solo cuando yo así lo quiero. Se acabaron las metáforas con navajas pues ya no hay filo de plata que conjurar. Ante tanta atención y contención, se hace innecesario el miedo a perder el control, lo he cedido gustosamente. Mi manutención está correctamente asegurada y no debo fiarme de tipos sospechosos para conseguir la medicación adecuada. Todo es reposo, media luz y música agradable. El ruido se ha ido. Ahora, mi mundo es muy pequeño, apenas unos metros cuadrados, y así no me pierdo, sé siempre dónde estoy. La vida va viento en popa, todas las promesas son de felicidad. Hasta me han prometido algo de electroterapia si me sigo portando igual de bien que hasta ahora.
La reinserción de un monstruo
Fíjate en el día que hace. La mañana es espléndida, tornasolada, incontenible. Parece imposible que pueda resultar tan maravillosa. Todo es como una gran fotografía de colores muy vivos, ¿verdad? Es fabuloso madrugar en verano. Respira hondo, así, fuerte, ¿notas que se aspira una especie de rocío perfumado, pleno de frescura? Sopla un viento ligero que remueve un aire limpio que acaricia, lleno de posibilidades. Mira la luz, el verde tan intenso de los árboles. Mira la tierra húmeda, esponjosa, fértil; piensa en toda la vida que contiene. Siente la tibieza del sol, tan presente. Seguro que el mar hoy estará tranquilo, sosegado, dominando la fuerza inverosímil de su nervio azul. Las flores del parque van a estallar en cualquier momento, en los macizos destaca un color rojo que duele, y su olor embriaga, aturde, invita a cerrar los ojos sin más y dejarse ir ¿No percibes en días así, que la felicidad es como si te tocase?, ¿no tienes la sensación de que puedes empujar al miedo para apartarlo de ti?, ¿no te sientes como si acabase de pasar a tu lado la mujer más hermosa del mundo? Espera impaciente un espléndido atardecer. Acaricia con tu mirada la suave curva de las colinas sobre las que pronto comenzará a arder el crepúsculo, ese continuo deshojar de fuego y miel. Mira, mira el cielo azul intenso, los hilachos de nubes, que parecen a punto de caer sobre ti como una caricia de lana. Observa aquel avión, cómo suena, es increíble la claridad con la que se le ve surcar el cielo; su precisión pasa como una película ante nuestros ojos, ¿a que sí?
Piensa en los niños que salen corriendo del colegio, tan confiados; en sus risas y gritos, en su entusiasmo sin freno, en su excitación casi irracional. Explotan en carcajadas cuando tropiezan y caen, se levantan, sacuden sus manitas y continúan corriendo, persiguiéndose; algunos con los brazos hacia atrás como si fuesen aviones o superhéroes. Mira los parques, las simpáticas formas de los columpios, la vegetación, la paz de los bancos que poco a poco se van poblando de abuelitos.
Abraza la naturaleza y, sí, la vida también, y olvídate de lo que hemos hecho.
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Muy bueno. tal vez deberíais publicar algo acerca de la situación real en el mundo, como los chemtrails, los Iluminati, etc, así, después de partirnos de risa, algunos igual se daban cuenta de lo que está pasando realmente alla afuera……..
me gusta el estafador. felicidades por las nuevas incorporaciones; iñaki san miguel me ha gustado especialmente.
Enhorabuena por vuestro trabajo y sobre todo muchas GRACIAS.
A pesar de la tristeza que destila, nos ayuda a afrontar la vida con un poco de humor.