Qué mejor tema para nuestro último número antes de las vacaciones que el de las especies en extinción. Buen tema porque el verano es la mejor época del año para extinguirse, al menos por una temporada. Porque la extinción es un tema de latente actualidad, con un sistema capitalista en sus últimos estertores, presidentes de países extinguidos por completo por la acción contaminante de los mercados y especies de animales desapareciendo día a día delante de nuestras narices sin que hagamos nada al respecto. Un tema no. Es un temazo. La especie humana se extingue mientras la bolsa cae. Pandilla de gilipollas.
Nosotros nos extinguiremos hasta septiembre que volveremos a dar guerra desde esta, vuestra publicación. Feliz verano. Hagan el amor, y no finanzas.
Un equipo de investigación encabezado por el doctor John V. Scoundrel de la universidad de Yeil ha declarado oficialmente como especie en extinción al conocido como Ser Humano Ponderado (SHP). En un extenso informe de mil cuatrocientas páginas patrocinado por la UNESCO en colaboración con el nuevo consorcio bancario internacional BANK BANK, se llega a la conclusión de que la presencia de este tipo de individuo en el planeta está en franca regresión. Aún quedan especímenes, claro, pero con la moral cada día más deteriorada y el criterio más apagado. Se les reconoce, según se desprende de la lectura del mencionado informe, por una leve caída de hombros, y una sonrisa franca aunque algo desabrida. Tratan de estar informados lidiando con los convoyes de medias verdades de los medios de comunicación; muestran una actitud expectante aun sintiéndose asfixiados de oler tanta mentira; a pesar de todo, suelen dar cierto margen de confianza a los políticos y después les juzgan rigurosamente por sus actos. Están lejos de los denominados Chicos de Partido (CdP), que aplauden secretamente cualquier cataclismo que aúpe a su opción al poder y ya cuentan con sus propios portavoces en las tertulias; y del grueso de los Resignados (R), esos que ladean la cabeza comprendiendo y a veces envidiando al ladrón, antojándoseles un zumbido lejano todo lo que no sea su propio interés mientras ven pasar la mitad de su vida por la televisión. Dada su cualidad de personas exigentes, el estudio insinúa la conveniencia de dejar desaparecer a los SHP, aunque, eso sí, guardando algunas muestras de ADN.