13/02/2013
Existe una corrupción institucionalizada y asumida heredada de 40 años de franquismo de los que dudamos si todavía hemos salido o no. Cuarenta años que sirvieron para acabar con una república con valores modernos a la altura de Europa y que nos sumieron en prácticas de amiguismos, del «qué hay de lo mío», de servilismo, de autoritarismo, de dedocracia y de ausencia de democracia que se respiran en esta España gris y oscura actual. Gobernados por señores que roban y a su vez ahogan al pueblo. Una especie de holograma falso de democracia que en realidad no existe. No quieren que el pueblo opine, no quieren que el pueblo decida. Solo quieren mantener su status y seguir robando y desmantelando el frágil Estado del Bienestar que teníamos.
Sí, LA CORRUPCIÓN es el tema que tratamos esta semana (pero ha sido una constante en muchos de los números de EL ESTAFADOR). También, conscientes de que la actualidad también cambia constantemente, inauguramos una nueva sección que aparecerá al principio de EL ESTAFADOR: LA ESTAFA DE ÚLTIMA HORA, donde vamos a hablar de las últimas noticias (en este número con alusiones al jefe de la mayor secta religiosa en el mundo, que dice que dimite y otras bromas y divertimentos. Ah, y también vamos a publicar de vez en cuando una encuesta para escuchar vuestra opinión. Hoy veréis la primera…
Y por último, sólo nos queda dar la bienvenida a Miguel Bustos, nuevo dibujante de EL ESTAFADOR, que nos llena de orgullo y satisfacción.. Y como es el último que ha entrado, nos ha hecho un ingreso millonario para alimentar esta pirámide de estafadores de la cual yo soy el jefe supremo y de la cual todos nos beneficiamos.
Javirrupto
[poll id=»5″]
Así es ella
Las ganas de huir están al principio, las ganas de permanecer en un estado inmaculado. Pero ella es así: contagiosa, adictiva, como una gota que cae y cae hasta que horada la piedra. Hasta que abre un agujero negro en el que necesariamente tienes que hundir la cabeza o mueres. Así es ella. Te corroe por dentro antes de quedarse contigo y, cuando ya está dentro de ti, no puedes echarla afuera. Te impregna con su aroma, a ella hueles; de lejos.
¿Qué te pensabas? ¿Que ibas a salir de esto?
Tantas veces va el cántaro al agua hasta que se rompe; porque lo que en el fondo quiere es eso: romperse. Desgañitarse, lanzarse en picado, que nada importe más que el vértigo de la caída. Así es ella. Te hace caer, cuando hincas las rodillas no hay vuelta atrás.
¿Pensabas que una vez y ya? ¿Que te zafabas?
Te das cuenta de que ya es demasiado cuando el agua te llega al cuello. Y no resbales pues te ahoga. Sí, así también es ella. Si no sabes nombrarla es que ya la tienes dentro; esa enfermedad que no se va: te besa, se queda, se instala, contagia, te muerde a ti y muerde su propia cola.
…Y de regalo, descárgate por la cara (je, je) estas dos fantásticas caretas y estafa como quieras y cuando quieras, saliendo impune de todas las trampas que se te ocurran:
Descargar careta Luis Bárcenas
Corrupción
El chaval se puso histérico, perdió el control, y eso es algo que no nos podemos permitir en nuestra profesión. No se esperaba que el tipo ofreciera resistencia y apretó el gatillo cuando no era necesario. Al menos ya sabe lo que es matar a un hombre. Esa fue la primera lección de ese día. Hay que aprender de todo, suelo decirle. La segunda lección fue la de imaginación que se puede invertir a la hora de deshacerse de un cadáver. La clave, como casi todo en la vida, está en las relaciones, hay que saber trabajar en red, hacer un favor por aquí y otro por allá, tenerlos bien anotados y pedir que sean devueltos cuando llegue el momento. Es cierto: podríamos haberlo enterrado en cal viva o haberlo dejado caer al fondo de un embalse con unas buenas botas de cemento, clasicismo old school. Pero ¿qué es la vida sin imaginación? ¿Y sin justicia poética? El discurso mayoritario tiende a echar a todos los delincuentes en el mismo saco, por dios, como si fuéramos iguales. No lo somos, algunos somos más dignos que otros, en otras palabras: hay clases, en el sentido decimonónico del término. Así que, un poco de imaginación, un poco de justicia poética y un poco de favores debidos nos bastó para realizar una pequeña, y discreta, obra de arte. Happening, performance, cuadro en movimiento con materiales muertos… el nombre es lo de menos. Un conocido que negocia con maquinaria pesada nos descuartizó al muerto en un millón de pedazos, tan pequeños que sería imposible saber si eran vísceras y carne muerta o simples trocitos de papel. Otro conocido nos dio la información de fechas y lugares. Y otro más nos proporcionó los cañones de confeti. Es una pena no poder presumir de lo que pasó en la fiesta de cumpleaños de aquella señora. Pero la discreción es una parte muy importante de nuestra profesión.
El nombre
Hola, soy el nombre. Y tú no eres nada: si yo te falto, sólo cuentas con una denominación casi numérica. No seas obtuso: para tenerme algún día por tus propios medios deberás ser prácticamente un genio o deslomarte y encima tener suerte. Mírame, soy el nombre de alguien que era como tú y ya no lo es. Soy un sueño cumplido que da color a seres grises y anónimos que han dejado de estar perdidos en este casino de azares, intereses y ambigüedades llamado España.
Viajo silencioso en un sobre, aguardo en un cajón, salto de un ordenador a otro. Cobro vida en labios que me susurran a través de teléfonos o junto a discretas cabezas que asienten. Salto de la boca del padre hasta el hombro del concejal; de la boca del concejal al hombro del alcalde. Y, llegado el caso, sigo subiendo, sin detenerme ante nada, sin atisbo de duda, sin mirar atrás hasta conseguir mi hueco.
Soy el nombre elegido que te adelantará por la derecha como una exhalación, no podrás siquiera verme pasar. El que estará en una tarjeta de visita, sobre una mesa de despacho o en la pechera de un uniforme de trabajo en vez del tuyo. El fruto de un artificioso y asfixiante don de gentes; de una abnegada labranza de relaciones, peticiones y peloteos a través de asociaciones, sindicatos o juventudes; de favores de toda índole, de invitaciones en el bar. Así, hasta que un día salta la chispa, se ilumina el atajo y salto al otro lado del desfiladero.
© 2024 EL ESTAFADOR | Theme by Eleven Themes
[…] viñeta de hoy es para El Estafador 155: Corrupción. El Estafador es un semanario de humor gráfico online que parece estar empezando una etapa […]
[…] to: Elestafador.com about corruption in […]
Es de lo mejor que habéis publicado y aun os quedais cortos porque esto es increíble lo que esta pasando y que no nos movilizemos a un es más incríble. Pilar
A ver como os lo digo para que no suene ofensivo ni nada. El último chiste gratis, que ponéis siempre al final, suele ser un chiste un poco mierda en comparación con el resto y, por eso, no creo que sea la mejor viñeta para poner al final; es graciosa, pero a mi, personalmente, me deja mal sabor de boca.
No me conoceis y, por tanto, podeis pasaros esta crítica constructiva y sincera por el forro de los cohones cuantas veces querais, en especial JAB, pero ahí os la dejo.
Que conste que me encanta el estafador, que está repleto de humor y de ingenio, pero no me podido aguantar, sorry.