Todo estaba resuelto en la Tierra. Hacía unos años que se había erradicado el hambre, y cualquier habitante del planeta azul podía disponer de una renta mínima sin tener que producir nada. Los robots se encargaban de todo. Las enfermedades, también desaparecidas y controladas desde hace tiempo, modificó el sentido de la ciencia, hasta tal punto que era una materia de mantenimiento. No había nada que investigar, solo ir actualizando tratamientos y vacunas cada cierto tiempo. Se había logrado revertir el cambio climático, y avanzábamos en un equilibrio sostenible con la naturaleza, los animales y las plantas. También se habían acabado los conflictos, ya que no había nada por lo que pelearse en semejante paraíso. La educación, el respeto a la diversidad y las libertades gozaban de los más altos niveles que pudieras imaginar. En ese momento en el que la vida en la Tierra era feliz, pensamos que sería buena idea viajar a Marte para expandir nuestra felicidad al resto del universo.
