18/04/2021
Llego a casa de mis padres en el mismo momento en que mi madre es engullida por la televisión. Mi padre está desesperado, agarrado al sofá, tratando de no sufrir la misma suerte. Cojo el mando a distancia del suelo e intento apagarla. La televisión se retuerce y cambia de canal espasmódicamente.
—¡No tiene pilas! —grita mi padre con los ojos llenos de lágrimas inyectados en sangre.
No me lo pienso dos veces y aparto la televisión de un golpe esquivando un ataque de luz de leds cromáticos. Me hago con la antena de la espalda del maldito monstruo y la arranco de cuajo. La televisión emite un grito decibélico y después un efervescente festival de píxeles grises. Mi padre se incorpora tembloroso. Nos abrazamos.
—¿Estás bien?
De pronto la televisión se conecta a internet. Se enciende con todo su poderío y nos escupe Sálvame de Lux en HD. Cojo el atizador de la chimenea y se lo clavo en la calvorota a Kike Matamoros que se retuerce de dolor, la Patiño me muerde la pierna tratando de sorber mi sangre, pero mi padre le clava el cuchillo jamonero en la yugular. Jorge Vázquez en un alarde de maldad nos tienta con las últimas cintas de la Rociíto. Mi padre flaquea, pero yo no me lo pienso y le rebano el pescuezo al infame presentador. La televisión contraataca con lo peor de sí misma y nos programa La Isla de las Tentaciones. La mirada de mi padre se queda nublada con las imágenes de la Isla y sus encantos de silicona. Trato de taparle los ojos, pero me empuja con autoridad. Caigo al suelo y me levanto para impedir que se meta dentro del televisor.
—Papá, detente, si vas no volverás.
Mi padre me mira resignado, con los ojos centelleantes. Entonces me doy cuenta de que en realidad quiere meterse de lleno, fundirse en la programación, perder su voluntad y sumergirse en la telebasura. Allí en la Isla será feliz. ¿Quién soy yo para impedírselo? Le doy otro abrazo. Nos despedimos. Mi padre se difumina en un efecto tridimensional de deconstrucción corporal y desaparece dentro de la pantalla LED a 4K. ¡Adiós papá!
Vuelvo en autobús con el corazón encogido. Al llegar a casa, para poder soportar la tristeza y el desconsuelo, dejo que mi PlayStation 5 recién comprada me engulla sin piedad.
Etiquetas: #reydelmambo, #textos, telebasura
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