DESCONECTADOS

08/06/2021

by Lluís Segura

Como andaban muy justos de dinero y la factura de la luz había subido mucho, decidieron darse de baja.

La primera noche, vaciaron la nevera y cenaron bajo la luz naranja y temblorosa de una vela. Les pareció muy romántico y después de una botella de vino blanco acabaron haciendo el amor.

A la mañana siguiente (como utilizaban un termo eléctrico) se ducharon con agua fría. Al principio les costó, pero el agua helada los despertó como nunca. Se fueron a trabajar y al mediodía compraron frutas, verduras y un poco de carne. Comieron y después, como no podían mirar la televisión, hicieron una siesta abrazados en el sofá. Luego pasaron la tarde leyendo y trabajando y por la noche se acostaron pronto porque no podían hacer mucha cosa más.

Al principio echaron de menos Netflix, HBO, Amazon, el móvil (y el WhatsApp), Internet, el Xbox Game Pass…, pero como no podían utilizar esos servicios también dejaron de pagarlos.

Se despertaban pronto para aprovechar la luz del día. Cuando querían hablar por teléfono cargaban el móvil en el trabajo o en el bar de la esquina se conectaban al wifi y miraban de reojo la televisión mientras tomaban una cervecita.

No se aburrían: Volvieron a leer prensa escrita, libros, revistas, cómics; escuchaban música con un equipo que funcionaba con pilas al igual que la pequeña consola con la que jugaban a videojuegos retro y empezaron un diario y un cuaderno de dibujo. Lavaban la ropa una vez a la semana en una lavandería del barrio, cocinaban con un pequeño camping gas y se aficionaron a hacer un poco de gimnasia antes de acostarse.

A final de mes se dieron cuenta de que habían ahorrado un montón de dinero y que podían contratar la luz de nuevo, pero prefirieron gastarlo pasando un fin de semana de lujo en la costa. Y entonces, bajo el sol caliente, se dieron cuenta de que la única revolución posible, no pasaba por quemar contenedores, ni quejarse en twitter, tampoco hacía falta matar a ningún político. La verdadera e implacable revolución era dejar de consumir.

by Lluís Segura

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