19/01/2022
Jefes
Cansado de la monótona vida que levaba, Arturo se levantó un día por la mañana, se lavó los dientes, se tomó un café y fue directo a la oficina con paso firme.
Entró sin saludar a sus compañeros, mirando al frente y directo como un cohete hacia la oficina del jefe. Justo antes de abrir la puerta respiró hondo.
Vió como pasaba por su cabeza rápidamente toda su vida laboral: la primera vez que lo vió en la entrevista para conseguir ese puesto, todas las horas extras no remuneradas, las risas con dientes en las cenas de empresa, las conversaciones de ascensor…
Al fin, abrió la puerta, se giró, se bajó los pantalones, se agachó con el culo a aire y cagó muy fuerte dejando un mondongo de consistencia hercúlea en el marco de la puerta del despacho y sintiendo la liberación del pueblo en su cuerpo y alma.
Al girar la cabeza sonriendo vió a Mariluz dentro del despacho, la limpiadora con la cara desencajada, como si hubiera visto la muerte y la mirada fija en su zurullo.
El meme empezó a recorrer las redes sociales a la velocidad del rayo.
El móvil de Arturo vibró con una notificación de whatsapp de su jefe: “la has cagado una vez más, estás despedido”.
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Javirroyo
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