EL AMOR DE MI VIDA

23/01/2023

La conocí cuando era una niña muy pequeña, y nos hicimos amigas al instante. Nos encantaba jugar, soñar con mundos imaginarios y retozar en las olas del mar.

En la adolescencia empezó a atraerme físicamente. Una noche me atreví a tocarla y a partir de ese momento ya no pudimos parar. ¡Estábamos enamoradas!

Pronto descubrí que había otras personas que me cautivaban, pero ninguna podía compararse con mi amiga. Le propuse compartirlas y aceptó sin dudarlo. Cuantos más amores compartíamos más estrecha se hacía nuestra amistad. Vivimos grandes historias de amor, aunque ninguna era tan grandiosa como la nuestra.

A lo largo de los años, fuimos creciendo, pero nunca nos separamos. Es cierto que la pasión de los primeros días dio paso a una relación más sabia y tranquila. También es cierto que, a veces, por los caprichos de la vida, nos peleábamos y nos dejábamos de hablar. Afortunadamente, aprendimos a conocernos mejor, a aceptar nuestros defectos, a ser amables y eso nos ayudó a superar las dificultades y a permanecer unidas.

Llegamos a la vejez y nuestra relación seguía creciendo. Por desgracia, enfermé y me di cuenta de que la vida estaba llegando a su fin. No sabía qué había más allá de la muerte y temía no volver a ver al amor de mi vida, a mi querida compañera: yo misma.

Acepté la idea con tristeza, pero también con gratitud por haber vivido una vida llena de auto-descubrimiento y amor propio.

BY LLUÍS SEGURA

 

Etiquetas: ,