EL ESTAFADOR #168: MENTIRAS

15/05/2013

Peter Jojaio

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editostafa

Hoy en EL ESTAFADOR hablamos de las mentiras. Como es un tema tan amplio como la vida misma, hacer una editorial así, en general, sobre las mentiras me parecía engañar al lector (cosa que no hubiera estado mal, tratándose de este número). Pero finalmente, me he decantado por seleccionar 12 citas (doce pensamientos traducidos a palabras habladas) del presidente español, Mariano Rajoy, que servirán como editorial de este número, especial mentiras. Disfrútenlas (y a ver quién aguanta a leerlas todas del tirón sin tener que ir al baño):

«Lo importante ahora es no perder el rumbo ni bajar la intensidad del cambio.»

«A veces la mejor decisión es no tomar ninguna decisión, que también es tomar una decisión.»

«Todo lo que se refiere a mí y a los compañeros de partido que figuran allí no es cierto, salvo alguna cosa que es lo que han publicado los medios de comunicación.»

«Las medidas que tomamos hacen daño a la gente, pero son imprescindibles»

«Permítanme que haga aquí en Nueva York un reconocimiento a la mayoría de españoles que no se manifiestan, que no salen en las portadas de la prensa y que no abren los telediarios. No se les ven, pero están ahí, son la mayoría de los 47 millones de personas que viven en España. Esa inmensa mayoría está trabajando, el que puede, dando lo mejor de sí para lograr ese objetivo nacional que nos compete a todos, que es salir de esta crisis.»

«Si no puedo bajar los gastos y no puedo subir los ingresos, me puede explicar usted cómo se reduce el déficit público? Porque yo confieso que lo desconozco.»

«No se pueden subir los impuestos en recesión.»

«No tocare sanidad ni la educación.»

«No pienso dar ni un solo euro de dinero publico a los bancos.»

«Me voy (a ver el fútbol) porque la selección lo merece y porque el asunto está resuelto. Si la situación no estuviera resuelta, no iría.»

«Yo prefiero no subir el IVA en 2013 pero también le digo que si en ese momento es bueno subir el IVA lo haré y haré cualquier cosa aunque no me guste y haya dicho que no lo voy a hacer.»

«En política uno no siempre consigue lo que se propone.»

Javirroyo

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Javirroyo

CoNNtra

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Javirroyo

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Javi Cejas

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Belisa Bartra

Mentira inoculada

Me dejó incrustada una mentira en la cabeza. Me habría gustado que me explicara como desengastarla de mi laberinto cerebral antes de que se fuera, pero hasta que no lo intenté a solas no me percaté de que ignoraba cómo deshacerme de ella. En todo caso, ya era tarde.

«¿Cómo me saco tu mentira de la cabeza?», debí decirle, pero no lo hice; quizá no tuve el valor de hacerlo. Tal vez era mentira que quería deshacerme precisamente de esa mentira, aunque para conseguirlo he probado todo lo que se me ha ocurrido: venenos variados, silencios imaginarios, verdades a medias; pero tiene raíces húmedas que se internan en mi cerebro, bajan por mi espina dorsal, se resbalan lado a lado por las costillas y lo inundan todo. Todo.

Atraviesa,

tu mentira,

mis vísceras.

Se adueña

de mis caderas,

de mis manos,

de mi lengua.

Y, peor, de mis ojos.

¿Cómo se extrae una ficción incrustada en un pulmón? ¿Cómo se confunde a un engaño para que pierda el sentido? ¿Cómo se deshace una mentira que fluye cómodamente en las venas junto al colesterol?

«No te vayas nunca», hubiese querido decirle. Pero quizá eso también habría sido mentira.

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Peter Jojaio

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Tamayo

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Tyto Alba

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Nomdenoia

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Pau Anglada

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Bernat Solsona

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Belisa Bartra

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Can Kente

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Javirroyo

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Adao Iturrusgarai

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Sistema de Monos

Eskorbuto ya lo cantaban: «La mentira es la que manda, la que causa sensación; la verdad es aburrida: puta frustración». La mentira, obviando la institucional, se fabrica para aparentar. Para ser aceptado. Es como el maquillaje o el Photoshop. La mentira es cobardía. No hablo sólo de quien fabrica la mentira, sino también del que se la traga. Así vivimos en el mundo, lleno de gente cobarde que traga mentiras, se maquilla y retoca su vida en aparatos electrónicos. ¿Informática? Nivel usuario.

Todo es mentira. Lo dicen también Albert Plá y Pascal Comelade en su disco «Somiatruites»: http://grooveshark.com/s/Todo+Es+Mentira/4hrrtv?src=5

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Rubio

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Xavier Águeda

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Pedro Strukelj

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Federico Montalbán

Mentiras

La bondad está sobrevalorada. El sistema moral que nos rige está diseñado por el Imperio. Por lo tanto, lo bueno es aquello que le sirve y lo malo lo que lo cuestiona. De esto se deduce que algunos aspiramos a la maldad. Con la verdad y la mentira sucede tres cuartos de lo mismo.

Es necesario desmontar el mundo en que vivimos y para ello hay que renunciar al lenguaje del Imperio. No se trata de inventar palabras nuevas sino de darles un uso que amenace al estado actual de cosas. Urge destruirlo todo poco a poco, con saña, con la mentira y la metáfora, su arma infalible. Entre las pocas certezas que no se nos ha escurrido entre los dedos está la siguiente: el Imperio no crea, recupera. Ya se adueñó de los hechos, de la información, de los datos y de la razón. No tiene sentido argumentar porque el Imperio se burla de todo esto. Basta con abrir cualquier periódico o encender la radio a las horas en punto. Pero no hay nada que se puede hacer para recuperar una metáfora a la yugular. El Imperio tiene su talón de Aquiles.

Hace tiempo que la verdad dejó de ser revolucionaria. Vencida, aspira a ser esclava de los hechos, reproducir sin más la realidad que no es sino la realidad del Imperio. La mentira, por su parte, es libre. Puede hacer lo que quiera, hacerle una pedorreta a los hechos o apuñalar al Imperio en su oscuro corazón. La mentira nos anima a movernos, a vivir, porque nos muestra lo que no nos quieren mostrar, porque nos permite soñar lo que será, porque nos susurra al oído los miedos del Imperio. La verdad impone la mediación de la realidad, llega a nosotros, por tanto, diluida y sin fuerzas. Mientras, la mentira es directa, inmediata, porque es inoculada a través de la metáfora, vector que nos pilla siempre desprevanidos y contra el que no hay protección posible, afortunadamente.

Es en las sombras donde han ocultado nuestras esperanzas sin saber que el lenguaje de las sombras es precisamente el de las metáforas. De nuestras bocas mentirosas surgirá el mundo de nuestros hijos.

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Marc Fernández

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Juanfran Molina

Javier

Hacía más de una década que no sabía nada de él. Javier posee una sonrisa abierta y franca, de esas que desordenan toda la cara; desinhibida a la hora de mostrar descarnadas ubicaciones dentales entre las que un chicle baila; de las que vuelven los ojos saltones y, cuando rompen en risa,  provocan bruscos movimientos de mandíbula y otros más ligeros y continuos de nariz. Se dedica a organizar no sé qué cosas y al montaje de otras, y me relata las vicisitudes de su actividad de manera veloz pero ordenada, traveseando enfático, con una agilidad sin límites, gesticulando sin parar y no pudiendo evitar algún que otro saltito. Los cigarros parecen consumirse solos entre sus amarillentos y castigados dedos tras una única y definitiva calada. No recuerdo prácticamente ningún momento de aquella conversación en el que no escapase humo de su boca. Tras lograr introducir a duras penas alguna pregunta técnica relativa a su trabajo, que queda sin respuesta, la charla va derivando hacia un monólogo cada vez más delirante y apasionado. Sus proyectos, en una ocasión, le sacaron de nuestro pueblo para llevarlo en volandas hacia Madrid, donde ayudó a un destacado personaje a montar un enmarañado tinglado del que, en principio, él se ocuparía de la infraestructura y que, gracias a su eficiencia y discreción, terminó coordinando casi en su totalidad a cambio de varios miles de euros (muchos menos de los que se llevó el principal implicado, subraya). Posteriormente, todas estas andanzas, dice, tuvieron una traducción televisiva de alcance que nada tenía que ver con la verdad (mientras habla su lengua vuela y su sonrisa crece hasta convertir su nariz en un cuerpo extrañamente libre). “Todo un montaje, sí señor”, reflexiona finalmente mientras aterriza dulcificando el gesto y mirando al infinito, “Un artificio vendido como real a todos, a la pobre gente, a los pringados de siempre”.

“No te puedes imaginar todo lo que se esconde detrás de la realidad”, sentencia con tono paternal mientras me despido agradeciéndole tan apasionante historia. Durante diez minutos, ambos hemos sido felices.

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Tyto Alba

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Bárbara Alca

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Pedro Strukelj

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One Comment

  1. nickenino dice:

    Muy bueno!