Superman es un personaje insufrible, y no me refiero al de la película «Superman Returns», una de esas películas que te dan ganas de arrancarte los ojos. Me refiero al personaje en sí mismo. Todo en él es absurdo cuando no fascista, Superman siempre está del lado del poder y del gobierno de los Estados Unidos. Si «The Return of The Dark Night» valía la pena era, entre otras cosas, por ver cómo Batman le daba una paliza al superhombre-pelele-gubernamental, con la ayuda del medio izquierdoso Green Arrow. Batman también es un fascista de de tomo y lomo pero (1) mola, a pesar de todo, y (2) no es el tema de la semana. Superman es un personaje imposible porque han llevado sus poderes a límites desquiciadísimos. Todo empezó cuando en «Superman», la primera película, el kriptoniano hacía girar la tierra del revés, el tiempo retrocedía y Lois resucitaba. Oh, es bonito hacer algo así por amor pero una vez hecho eso, el personaje está acabado porque podría volver a hacerlo cada vez que le diera la gana. Muy atrás quedaban los tiempos de Siegel y Shuster en los que ni siquiera podía volar, solo dar grandes saltos, a lo Hulk. Superman puedo oír lo que ocurre a medio mundo de distancia ¿cómo pueden tramar los malosos sus planes sin que el Hombre de Acero los oiga? Algunos autores se han ido por las ramas místicas y le han hecho plantearse su papel entre humanos o lo han puesto a conversar con un cura católico como hizo Brian Azzarello. Pero eso abuuuurre. Y luego están esas cosas de las que ni siquiera merece la pena hablar y que aceptamos porque somos lectores dóciles. ¿Toda una identidad secreta basada en unas gafas? Oh, my. Claro que también aceptamos que Lobezno y su peinado pasaran desapercibidos cuando se ponía un parche en su época de Madripur. Los lectores de tebeos aguantamos mucho. Ahí está la última invasión Skrull del Universo Marvel. Hace años de ella pero a mí no se me ha quitado la cara de tonto desde cuando la leí. Y luego están los pormenores anatómicos y fisiológicos. Clark y Lois deben mantenerse castos porque una eyaculación de Superman dentro de la señora Kent la abriría en canal de arriba abajo. Espero que nadie lea esto en horario infantil. Por lo menos en el Nuevo Universo DC, Superman se lía con Wonder Woman y ahí las cosas están más ajustadas. La única historia que he leído de Superman que de verdad me ha gustado fue la titulada «Identidad Secreta», realizada por Kurt Busiek y Stuart Immonen. El «All Star Superman» de Morrison y Quitely tampoco está mal pero es que Quitely convierte en oro todo lo que toca. En resumen, que si me llaman los de DC para que escriba una historia de Superman diría que no.
LA ESPITA DE GAS: Alma nerd
Federico Montalban2014-06-25T14:07:56+02:0025/06/2014|Etiquetas: batman, DC, frank quitely, grant morrison, green arrow, hulk, kurt busiek, lobezno, superman|